El e-gas de Audi es metano sintético producido en la planta que la automotriz posee en la ciudad de Werlte, en Baja Sajonia, Alemania, que es considerada la primera fábrica industrial que convierte electricidad en gas. Un A3 Sportback g-tron propulsado con e-gas es la forma más respetuosa del medio ambiente en términos de movilidad a largo plazo. Esto es porque su proceso de generación utilizando electricidad verde coincide con la cantidad de CO2 que se libera cuando el auto se mueve en modo gas. En promedio, el A3 g-tron consume entre 3,2 y 3,3 kilogramos de gas cada 100 kilómetros. Actualmente, los costos de combustible empiezan desde los €3,50 por cada 100 kilómetros.
El principio de compra del e-gas es sencillo y se corresponde con cómo se distribuye la electricidad verde: Audi registra las cantidades de gas que el cliente paga al usar su tarjeta de combustible (también llamada Audi e-gas) y asegura que exactamente esa cantidad del combustible será inyectada a la red de gas natural de Alemania.
Los clientes que elijan esta opción pueden obtener la tarjeta por un precio fijo de 14,95 euros mensuales. Además, los costos de la cantidad de gas cargado por cada cliente se deducen a través de la tarjeta. Ésta se puede utilizar para la compra de e-gas de Audi en más de 650 estaciones de servicio de Alemania.
El experto Ulrich Hackenberg, miembro del Consejo para el Desarrollo Técnico de Audi AG, destacó: «Además de nuestros esfuerzos relacionados con la movilidad eléctrica, el proyecto e-gas de Audi es un pilar importante de nuestra estrategia de sostenibilidad, como lo es el desarrollo de otros combustibles sintéticos».
Fuente: Audi AG.